

Cada vez más compañías compiten por ofrecer viajes al espacio. Aunque los más optimistas dicen que será posible en 2025, aún hay que resolver cuestiones técnicas y gubernamentales. El turismo espacial porel momento solo se ha llevado a cabo en transportes y estaciones espaciales gubernamentales; pero a principios del siglo XXI las iniciativas privadas han dado los primeros pasos para fabricar vehículos y alojamientos turísticos.

Concepto de turismo espacial
Fuente: Hipertextual
Virgin Galactic es una empresa dentro de Virgin Group de Sir Richard Branson que planea proporcionar vuelos espaciales suborbitales tripulados, lanzamientos suborbitales para misiones científicas y lanzamientos orbitales para satélites pequeños. En el futuro Virgin Galactic planea ofrecer también vuelos orbitales.
El viaje incluirá una serie de subvuelos orbitales antes de que lleguemos a la nave nodriza. Además, la empresa ya está desarrollando un concepto para construir un hotel de lujo en el espacio y son varias empresas las que están viendo al turismo espacial como la próxima mina de oro ya que la NASA ha dejado un vació al ya no brindar el servicio de viaje en transbordadores.

Aerotransbordador de Virgin Galactic
Fuente: Spacenews


Foto 1: Resumen de Blue Origin presentado por la NASA, en él se pueden apreciar varios vehículos
Foto 2: Ilustración 3D del cohete Glenn de Blue Origin
Fuente: Wikipedia y TheVerge
Otra oferta importante en vuelos espaciales es la realizada por James Murray, el mismo que espera tener listo su programa de vuelos suborbitales antes de finalizar el 2019. En este caso, la empresa contará con su propio minitransbordador que podrá despegar de cualquier punto del mundo (aunque, Murray espera recibir los permisos necesarios para que sus principales bases estén en Europa).
El precio del servicio que nos permitirá experimentar ingravidez por unos seis minutos para después observar la tierra a unos cien kilómetros de altitud será el mismo que el del servicio de Virgin Galactic, unos 150 mil euros. Blue Origin, fundada por el creador de Amazon, Jeff Bezos, también apuesta por vuelos suborbitales.
Su tecnología también consta de una nave-habitáculo donde viajan los turistas. A diferencia de Virgin Galactic, lo que la eleva en los primeros kilómetros es un cohete como los que estamos acostumbrados a ver en las misiones espaciales.
New Glenn es el cohete con el que Blue Origin pretende ser capaz de llevar humanos al espacio, en donde compite contra el Falcon Heavy diseñado por la empresa privada SpaceX.1 Una vez construidos, las versiones de 2 y 3 etapas van a alcanzar una altura de 82 y 95 metros, respectivamente, con lo que su versión de 3 etapas tiene apenas 15 metros menos que el Saturn V utilizado por la NASA para enviar seres humanos a la Luna. Tiene 7 metros de diámetro y está impulsado por 7 motores BE-4.
Los cohetes de tipo New Glenn se podrán lanzar desde el complejo 36 de Cabo Cañaveral en Florida, mismo lugar desde donde despegaron los cohetes Atlas entre 1962 y 2005. Su nombre se debe en honor a John Glenn, el primer Estadounidense en orbitar la tierra.
Jeff Bezos estuvo interesado por la exploración espacial desde pequeño. En una entrevista al Miami Herald en 1982, Jeff con solo 18 años dijo que quería "... construir hoteles espaciales, parques de diversiones y colonias para 2 o 3 millones de personas que estarían en órbita. Todo esto para preservar la Tierra."
Un resumen de Blue Origin presentado por la NASA, en él se pueden apreciar varios vehículos y la central de la compañía en Kent (Washington) Desde la fundación de Blue Origin, la compañía ha sido reservada sobre sus planes. La compañía fue formalmente fundada en el año 2000, pero su existencia se hizo pública recién en el año 2003, cuando Bezos comenzó a comprar tierras en Texas.
En enero de 2005 Bezos anunció que Blue Origin estaba desarrollando un vehículo suborbital que despegaría y aterrizaría verticalmente, capaz de llevar tres o más astronautas al límite del espacio.6 El vehículo estaría basado en la tecnología del Delta Clipper.


Foto 1: Jeff Bezos
Foto 2: Render lanzamiento del New Glenn
Fuente: TheVerge
Otra alternativa es la compañía española Zero 2 Infinity. Ha desarrollado Bloon, una cápsula presurizada que se eleva hasta los 36 kilómetros de altitud con la ayuda de un gran globo de helio. Pese a que no se puede hablar de viaje espacial como tal -no sale de la atmósfera terrestre-, “sus seis ocupantes pueden observar la curvatura de la Tierra, la oscuridad del espacio y la delgada línea que los separa”, explica la responsable de comunicación de Zero 2 Infinity, Marta Lebrón.
Según Lebrón, el tipo de viajes que proponen podrían estar al alcance de cualquiera: “El desplazamiento es muy calmado. Familias enteras podrían viajar en esta cápsula, no hay restricciones médicas. Sería como viajar en avión”. Ya trabajan con las autoridades de tráfico aéreo para poder volar.
Concepto de viaje en Bloom
Fuente: Youtube
Pese a todo, “el principal escollo para desarrollar este tipo de proyectos espaciales es la inversión porque las impulsoras son empresas privadas”, cuenta Lebrón. Todo lo demás se irá solventando porque, explica, “lo importante es que todo el mundo vea la Tierra desde el espacio para que experimente el cambio que ya han vivido muchos astronautas: desde allí, nuestro planeta se ve frágil y sin fronteras, lo que despierta un sentimiento de protección hacia él”.